El Dandy Karapé.

Volviendo esta mañana al laburo observé de pasada algo que me chifló la atención, como no pude conmigo mismo no tuve otra cura que revolear la manzana para ver de que se trataba. Al pegar la vuelta me encontré con el ganador del premio kachiái de la semana, un coqueto camión que a toda honra ostentaba el espíritu de todos los pechos peludos con cadenilla de oro de este hermoso país.

Tratando de cachar las características de este Dandy Karapé, de este Eric Estrada a lo Luque, pude rescatar en primer lugar su marcado odio a todo tipo de presiones. Como todo rebelde, lo que más detesta en la vida es que le traten de decir como y cuando hacer las cosas. Esta actitud se nota claramente al interpretar el mensaje ubicado en el ángulo superior izquierdo: Llega (llegá) más tarde a tu casa, que en pocas palabras intenta decir me importa poco que estés apurado, esperá.

Más abajo, en el horizonte del campo visual vemos una punzante y semi canuta frase que funciona como introducción al carácter seductor y mujeriego del Dandy De día rengo, de noche cojo, reafirmando más abajo esta postura (por si quedase alguna duda) a través de la frase Mientras no encuentro la mujer cierta, me divierto con las erradas.

La chapa paraguaya ubicada en segundo plano, detrás de la frase citada, simboliza la actitud mbareté del Dandy como persona “superior” a las reglas; primero yo, después las leyes. ¿Y qué?

Al pié de la composición surge una característica patológica interesante al notar que el camión lleva como nombre Calígula, uno de los más atroces emperadores romanos de la historia; carente de escrúpulos, adicto al sexo y sádico sexual. Una particularidad de este emperador que cuadra como bolero dentro del perfil de mbareté y mujeriego de nuestro Dandy, es que este se creía así mismo un Dios y que todo lo existente estaba para sus caprichos y abusos de poder. Este despiadado gobernante utilizaba como compañero de vida a un caballo llamado Incitato, simbolizado en la culata del camión a través del sombrero de vaquero.

Los colores predominantes son el rojo y el blanco, el primero simboliza la fuerza, el sexo y la pasión entre otras cosas, y el segundo es símbolo de unión y pureza, cualidades que este personaje no reúne ni en su uña encarnada, la única respuesta que podría dar es que el tipo utiliza este color para disimular su ferocidad.

En síntesis, un fletero aparentemente inofensivo resultó ser el octavo hijo cabezudo de Tau y Keraná que hasta hoy nadie conocía. Destape de olla total.