Lenguapop

Una coleccion de cultura pop nacional todavía no documentada.





lunes, 18 de agosto de 2008

En Gravedad 0

Me gustaría hablarles de los trabajadores de la construcción, más conocidos como albañiles u obreros. Esta gente, además de arreglárselas para hacer trabajos pesados en zapatillas, pantaloncito y remeras en la cabeza, posee una notable habilidad; Lanzar al aire objetos apilados sin que estos se separen unos de otros. Es un verdadero arte ver como esta gente realiza esta actividad con tanta maña que hace creer a uno que cualquiera lo puede hacer. Pero ahí no acaba el tema, además de lanzar ladrillos como si estuviesen pegados, calculan con tal habilidad que al llegar a destino, la pila queda suspendida en el aire en gravedad cero y a la altura ideal para que el que reciba la pueda agarrar son complicaciones. ¡Bien ahí carajo! Es como para agarrar una silla y sentarse frente a una construcción a ver como lo hacen.

Así como nuestro tradicional baile la botella, esta actividad tendría que ser parte de nuestra cultura popular. Incluso estaría buenísimo que hayan espectáculos públicos en los cuales ellos puedan demostrar esta habilidad lanzando cantidades sorprendentes de ladrillos apilados. Habría que organizar algo de esto para el día del obrero o del trabajador. ¿Ayepa?

Cuando existen pocos recursos y no nos queda otra que empujar el carro a lo mbareté pulmonario, nuestro ingenio guaraní se manifiesta como el Chapulín Colorado improvisando heroicamente todo tipo de situaciones. Esta es una de ellas.

lunes, 4 de agosto de 2008

Nuestras piedras del camino

Todos sabemos que una marca registrada de nuestro querido Paraguay es el empedrado, pero así como la sopa paraguaya lleva sólo el nombre sopa porque no tiene nada que ver con ser líquida, nuestros empedrados tampoco tienen nada que ver con el concepto que comúnmente se tiene de ellos. Para comprobar esta teoría, basta solamente con observar la disposición de las “rocas” que los conforman, las cuales parecen haber sido lanzadas no de la carrocería de un camión tumba, sino desde aviones. Esta irregularidad podría funcionar como espejo de nuestra realidad, en donde el estigma del vaí vaí se refleja día a día, así como también las consecuencias de esta actitud que la pagan los menos culpables, nuestros autos.

Aunque parezca una gran contradicción, los Paraguayos amamos profundamente al empedrado. Muchas veces cuando la Municipalidad cae con la propuesta de asfaltar alguna calle, aparte de no tener ganas de realizar tal inversión, los vecinos saltan a defender sus empedrados con un noble alegato; el empedrado es mucho mas fresco en verano que el asfaltado, es menos peligroso porque los autos circulan a poca velocidad y también hay menos cantidad de autos. Estos factores permiten a un barrio conservar el carácter tribal, conformado por ese espíritu apacible que suena a siesta eterna y huele a vereda manguereada, con niños jugando metegol a compí y vecinos sentados en la vereda disfrutando un tereré en camisilla y pantaloncito